El día resurge y se levanta de su lecho, se preña la noche
con palabras que respiran y me miran confundidas, hambrientas, esperando gozar
de mis sueños... detengo el tiempo en la distancia, mientras
aun permanezco flotando desnudo más allá de los límites a los que tú me llevas.
Los sentidos, inertes, cobran vida, esperando algo más que una noche sin límites; una mañana de ensoñación.
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